El anuncio de recortar la partida destinada a entregar computadores a estudiantes de 7° básico de colegios subvencionados no es solo una decisión presupuestaria técnica: es una decisión sobre qué infancia queremos sostener. La Beca TIC, que hasta ahora apuntaba precisamente a este curso como momento de entrada masiva a la conectividad educativa, quedaría reducida por segunda vez en su alcance, si la propuesta del presupuesto 2026 se concreta. ¿Por qué importa que un estudiante de 12 o 13 años reciba o deje de recibir un computador? Revisemos puntos avalados por la investigación social y educativa.
La desconexión y exclusión digital, se produce al carecer de dispositivo propio o acceso confiable, donde un estudiante puede quedar fuera de tareas, clases virtuales o recursos que otros sí usan, reforzando la sensación de desventaja y de no pertenencia, debilitando el vínculo con la escuela. La CEPAL-UNESCO afirma en su informe del año 2020 que “la brecha digital educativa se traduce en desigualdad en el aprendizaje, aislamiento social y pérdida del sentido de pertenencia escolar”.
La fricción pedagógica y frustración, ocurre cuando la escuela exige trabajos en plataformas o similar, y los estudiantes sin equipos sufren una barrera material que puede traducirse en desmotivación.
Otro aspecto es la desigualdad acumulada, pues estos recortes tienden a golpear más a quienes ya enfrentan mayores barreras económicas, territoriales o familiares, según afirma un informe del PNUD 2023.
Y por último, pongamos sobre la mesa la llamada vulnerabilidad emocional. Sobre esto el Ministerio de Salud, en su Estrategia Nacional de Prevención del Suicidio 2023-2030: identifica como factores protectores la conexión social, la pertenencia escolar y la participación significativa en la comunidad educativa.
Pensando en los niños y niñas que no recibirán su computador, y quienes hemos tenido cerca a los profesores que les toca decírselo, caben algunas preguntas: ¿Estamos dispuestos a mirar el ahorro como éxito cuándo el precio es el silencio de quienes quedaron desconectados?, ¿Estamos preparados para medir el éxito educativo no sólo en notas no en esperanza vínculos y sentido de propósito?, ¿Cuánto vale realmente un computador frente costo de perder la motivación, la pertinencia o el futuro de un niño o niña?