Humagata bendice retablo barroco en celebración de San Santiago y renueva su legado ancestral
Humagata, Arica y Parinacota — En una jornada cargada de emotividad y profundo simbolismo, la comunidad de Humagata celebró la festividad de San Santiago con la bendición de una majestuosa réplica de retablo barroco. La obra, que honra la devoción religiosa, la herencia cultural y el compromiso colectivo, fue instalada en la iglesia restaurada del poblado, construida en el siglo XVII.

Tallado en madera de cedro por el artesano ecuatoriano Luis Saraus y finalizado por creadores locales, el retablo resplandece con aplicaciones de pan de oro y plata, consolidándose como un emblema de recuperación artística y espiritual. Su diseño integra motivos litúrgicos y elementos vegetales propios del paisaje andino, como parte de una propuesta estética y simbólica que enriquece el patrimonio del altiplano.
El proyecto fue impulsado por la Fundación Altiplano junto a la Comunidad Indígena de Humagata, con financiamiento del Ministerio de las Culturas, el FNDR y el apoyo de talleres especializados. La creación se desarrolló en tres etapas, desde el cuerpo central hasta el ático de coronación, consolidando un trabajo colaborativo entre generaciones y territorios.
Durante la ceremonia, se realizó una tradicional pawua, seguida de la solemne instalación de la imagen del patrono San Santiago en el corazón del retablo, cargada por descendientes de la familia Cañipa Ponce. El sacerdote Nelson Peña presidió la bendición, destacando que «es un retablo hermoso que recoge la vida y tradiciones de una comunidad y familia; una ofrenda a Dios que emociona a todos.»

Uno de los momentos más conmovedores fue el homenaje a la matriarca Zoila Ponce, figura clave en la preservación del acervo cultural local. Su legado fue recordado por su hijo Luis, actual presidente de la comunidad: «Tantas evocaciones en este día tan especial, de quienes han partido… y con el apoyo público, esta obra queda como testimonio de amor.»
La consejera regional Lorena Ventura subrayó el valor histórico y estratégico de Humagata: “Este retablo y su entorno restaurado se convierten en un punto equidistante entre Chamarcusiña y la Virgen de Las Peñas; reflejo del trabajo familiar en la preservación de tradiciones.”
La jornada concluyó entre melodías de clarines, himnos de Chile y Arica, danzas nortinas y una cacharpalla comunitaria, reforzando la unión entre espiritualidad, arte y agricultura tradicional. Hoy, Humagata florece como un vergel andino donde cítricos y frutas brotan gracias a técnicas de riego por goteo aplicadas en terrazas y pircas heredadas de la tradición incaica. Su paisaje, sembrado de petroglifos y piedras tacitas, continúa narrando historias precolombinas vivas gracias al arraigo de la familia Cañipa Ponce y al compromiso de toda una comunidad.