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Un oso polar muere de gripe aviar en Alaska, en plena expansión del virus por las zonas más remotas del planeta

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Un oso polar ha muerto tras contraer el virus de la gripe aviar en Alaska. La muerte del animal, ocurrido el pasado mes de diciembre, ha sido confirmado esta semana por el departamento de conservación ambiental de este estado de EEUU. Según informa el diario ‘The Guardian’, se trata de la primera muerte confirmada de un oso polar por este virus, aunque «es posible que haya muchas más muertes no detectadas».

La explosión de esta enfermedad ya ha matado a millones de aves y a miles de mamíferos en todo el mundo y, según alertan los expertos, se está expandiendo cada vez más rápido incluso en las zonas más remotas del planeta. Solo en Alaska ya se han confirmado muertes de águilas calvas, zorros y gaviotas por esta enfermedad infecciosa.

Los primeros análisis apuntan a que este animal pudo haberse infectado mientras hurgaba en los cadáveres de aves enfermas

El último gran brote de gripe aviar causado por el virus H5N1 estalló en 2021 y, desde entonces, se está expandiendo por todo el mundo. Hace dos años que se detectaron los primeros casos de esta enfermedad en el norte del continente americano. «Se ha detectado en la Antártida y en lo alto del Ártico, incluso entre mamíferos. Se trata de algo horrible«, explica la bióloga Diana Bell en declaraciones al diario británico. «Ya no estamos hablando de una enfermedad de aves de corral. La muerte de una especie grande y carismática como el oso polar debería llamar la atención sobre la pandemia que está causando este virus«, añade la especialista ante el suceso confirmado esta semana.

Los biólogos alertan de que este virus podría causar «uno de los mayores desastres ecológicos de los tiempos modernos»

El oso polar infectado por este virus fue hallado ya muerto a las afueras de la localidad de Utqiagvik. Los primeros análisis apuntan a que este animal pudo haberse infectado mientras hurgaba en los cadáveres de aves enfermas. La muerte de este animal, así como la sospecha de otras muertes no detectadas, preocupa aún más debido a la delicada situación que viven estos mamíferos. En estos momentos, los osos polares destacan entre las especies más vulnerables a la extinción en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se estima que tan solo quedan entre 20.000 y 30.000 ejemplares en el mundo.

Desastre ecológico

La comunidad científica lleva meses alertando del peligro que supone la expansión de este virus altamente infeccioso. En primer lugar, porque al afectar a aves migratorias está expandiéndose de una punta a otra del globo, alcanzando incluso los lugares más remotos del planeta. Y en segundo lugar, porque ya está saltando la barrera entre especies y matando a millones de animales en todo el mundo. Los biólogos alertan de que este virus podría causar «uno de los mayores desastres ecológicos de los tiempos modernos«. Sobre todo en caso de afectar a especies ya de por sí en peligro de extinción y amenazadas por el avance del cambio climático.

Fuente: elperiodico.com

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