Las alergias alimentarias son comunes.
Se estima que esta condición afecta a entre el 6% y 8% de los niños menores de 3 años, y hasta cerca de un 3% de los adultos.
A diferencia de la intolerancia alimentaria en la que algunos alimentos pueden provocarnos malestar, la alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunológico a cierto tipo de alimentos que tiene lugar poco después de haberlos ingerido.
Lo reacción se produce porque el sistema inmunológico reconoce a algunas de las proteínas como dañinas y, por ello, pone en acción una serie de medidas (entre ellas la liberación de químicos como la histamina, que causa inflamación) para protegernos.
Los síntomas -que van desde picazón, hinchazón, dolores abdominales, congestión nasal, vómitos y mareos, hasta, en los casos más severos, anafilaxia, una reacción que puede ser fatal- pueden desencadenarse incluso si la persona ha estado expuesta a una cantidad ínfima del alimento que le da alergia.
Pero, aunque en principio cualquier alimento puede provocar una reacción alérgica (incluso si lo hemos ingerido antes sin ningún problema) hay ocho en particular que son los alérgenos más comunes.
Estos ocho son los responsables del 90% de los casos de alergias alimentarias.
1- Huevos
Este alimento causa alergia con mayor frecuencia en los niños y la reacción suele desaparecer cuando alcanzan la adolescencia.
La alergia aparece cuando se introduce el huevo por primera vez en la dieta, y es una reacción a la proteína que está mayormente en la clara, pero también en la yema.
Los síntomas que causa son generalmente moderados e incluyen urticaria, congestión nasal, vómitos u otros problemas digestivos.
Cuanto más cocido o procesado esté el huevo, menos posibilidades tendrá de generar una reacción alérgica.
2 – Leche
Esta también es una alergia alimentaria más común en los niños que en los adultos y, si bien la leche que suele provocar alergia es la de vaca, también puede ser provocada por la leche de otros mamíferos como por ejemplo la cabra, la oveja, etc.
Los síntomas varían de persona a persona y pueden ser leves o graves.
Como mencionamos al principio, la alergia a la leche es distinta a la intolerancia a las proteínas de la leche o la lactosa.
En este último caso no interviene el sistema inmunológico y, por tanto, su tratamiento es distinto.
La alergia a la leche puede causar anafilaxia y por ello tiene potencial de ser mortal.
Los síntomas incluyen erupción cutánea, picazón alrededor de la boca, hinchazón en el aparato bucal, dificultad para respirar y vómitos, entre otros.
Suele desaparecer cuando los niños crecen, alrededor de los 5 años.
3 – Maní o cacahuetes
Se trata de una de las causas más comunes de ataques de alergia grave.
Incluso cantidades muy pequeñas o el contacto indirecto pueden provocar anafilaxia.
Los síntomas más comunes son la rinitis, reacciones en la piel, hormigueo en la boca y garganta, falta de aliento y problemas digestivos.
Algunos niños que sufren de pequeños alergia al maní pueden superar esta condición, pero esta puede reaparecer en el futuro.
4- Frutos secos
La alergia a los frutos secos (nueces, castañas de cajú, pistachos, avellanas, semillas de girasol, etc.) es un tipo de alergia común tanto en niños como en adultos y es una reacción a las proteínas que contienen estos frutos.
Esta alergia tiende a persistir una vez que se manifiesta y es raro que se desaparezca con los años.
Además, quienes tienen alergia al maní tienen más probabilidades de desarrollar una reacción alérgica a los frutos secos ya que las mismas proteínas se encuentran en ambos.
Los síntomas son similares a los que provocan los otros alimentos y pueden ser desde leves hasta severos.
5 – Soja
Esta alergia suele aparecer en los primeros años de vida y aunque la gran mayoría de los niños la superan, muchos continúan siendo alérgicos en la edad adulta.
Urticaria, picazón alrededor de la boca, piel roja, dolor abdominal e hinchazón son algunos de los síntomas más comunes. Pero también, en ocasiones, puede provocar una reacción alérgica severa.
Los alérgicos a la soja deben ser muy precavidos a la hora de ingerir alimentos procesados, ya que son muchos lo que pueden contener soja.
6 – Pescado
En los niños, el pescado es la tercera causa de alergia más común después de la leche y el huevo.
Es posible que desaparezca con los años, pero lo más frecuente es que persista.
Una persona que es alérgica a pescados como el atún o el salmón no es necesariamente alérgica a los mariscos.
Si bien la recomendación a la persona alérgica a un tipo pescado es no comer pescado en general, es posible ser alérgico a un tipo y no a otro.
Los síntomas suelen ser leves, con vómitos y diarreas, pero pueden dar lugar a episodios de anafilaxia y causar la muerte.
7 – Mariscos (crustáceos y moluscos)
Algunas personas pueden tener una reacción alérgica a todos los mariscos o solamente a algunos de ellos.
Los síntomas varían. Abarcan desde leves a graves.
En muchos casos, una intoxicación por comer mariscos puede confundirse con una alergia.
Es más común en la temporada cálida cuando hay algas en el mar, ya que al cocinar los mariscos no se logra destruir el veneno que absorbieron de las algas.
Se trata de una alergia que suele mantenerse de por vida.
8 – Gluten
La celiaquía es una reacción inmunológica al gluten, que es una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno.
Cuando alguien sufre este tipo de alergia, la ingesta de gluten desencadena una respuesta inmunológica en el intestino delgado.
Los síntomas pueden variar mucho dependiendo de si se trata de niños o adultos, pero suelen incluir hinchazón abdominal, náuseas y vómitos, gases, constipación y diarrea.
La mejor forma de evitar reacciones alérgicas a los alimentos es conociendo cuáles son los que nos provocan una reacción para eliminarlos de nuestra dieta.
Si sabes cuáles son y en el pasado experimentaste un ataque de alergia grave, es recomendable llevar un brazalete explicando tu condición para que otros puedan ayudarte en un momento de crisis en el que no estés capacitado para explicar lo que te está pasando.
Y si sospechas que puedes ser alérgico a uno de los “grandes ocho” o a otros alimentos, consulta al médico para que pueda hacer un diagnóstico.