El 51 por ciento de las ventas al extranjero en la zona franca de Iquique, equivalente a 675 millones de dólares en 2022, tiene como destino Bolivia. Después de la venta de combustibles, lubricantes y textiles, se encuentra la de vehículos, que el año pasado representó 67 millones de dólares para la zona franca chilena, un 12 por ciento del total de sus ventas de motorizados.
Este movimiento económico -registrado por Zofri S.A.- beneficia a la región chilena y a empresarios de distintas nacionalidades, pero tiene un lado oscuro: buena parte de las ventas de vehículos a Bolivia ingresan como contrabando evadiendo impuestos y generando una competencia desleal a la actividad formal.
“El mercado boliviano sostiene a la zona franca. Los clientes más importantes para la zona franca de Iquique son los que vienen de Bolivia”, afirmó el gerente de la Asociación de Usuarios Zofri, Darío Blanco.
Pese a que los datos oficiales dan cuenta que las ventas a Bolivia llegan a 675 millones de dólares, Blanco considera que la cifra real podría ser mucho más alta. “Si hablamos del total de ventas de la zona franca (4.401 millones de dólares en 2022), yo diría que es probable que tengamos con Bolivia un comercio de 3.000 millones anuales en ventas”, dijo.
Parte del excedente (además de los 675 millones) puede explicarse por aquellas ventas que se registran con destino a la “zona franca de extensión”, y que constituyen el grueso de las ventas de la zona franca, pero que en realidad atraviesan la frontera con Bolivia de forma ilegal.
“Tú me llamas, me dices qué autos quieres, me depositas el costo y para la gasolina, yo te los cargo a full, tú los esperas en la frontera y de ahí pasas, ese trato no te lo va a ofrecer nadie”, explicó un vendedor en Iquique.
“Todo es legal hasta la frontera, si la Policía te quita el auto en Colchane (población fronteriza de Chile) la persona que figura en los documentos puede recuperar el carro. Ahora si te agarran de la frontera para allá (lado boliviano) ya es otra cosa”, añade una tramitadora de vehículos usados y nuevos.
Blanco señala que, aunque la Policía chilena colabora para evitar el contrabando a Bolivia, la justicia devuelve los objetos comisados porque técnicamente, al estar en territorio chileno, no se cometió ningún ilícito. “Entonces cuando llegan a los tribunales les devuelven todo porque no hay delito”, dijo.
De esta manera, todos los días cruzan decenas de coches usados para ser vendidos en ferias y utilizados principalmente en el área rural del país, aumentado el consumo del combustible subsidiado, evadiendo impuestos y cualquier otra obligación con las arcas del Estado.
La mayoría de estos motorizados provienen de Japón. En 2022 la zona franca de Iquique compró 206 millones de dólares a Japón en automotores, el principal proveedor en este rubro. Los contenedores cargados de vehículos usados cruzan el océano pacífico hasta las costas chilenas para después ser transformados (pasar el volante de un lado al otro) y después introducidos principalmente a Bolivia.
Pero también hay irregularidades en la internación de vehículos nuevos al país, por la vía legal, pues en algunas tiendas en la zona franca se ofrece reducir el precio real en la factura con el fin de pagar un monto menor en la Aduana boliviana.
Iquique: Hay más de 2.000 empresas
En la zona franca de Iquique operan más de 2.000 empresas y existen ocho asociaciones gremiales, con ciudadanos chinos, pakistaníes, chilenos, árabes y otros, explicó el gerente de una de esas asociaciones, Darío Blanco.