Vas a la playa con tu familia a disfrutar un día soleado; llevas comida, bebida, crema solar, balsas y un toldo para la sombra. ¿Qué haces cuando llegas a la playa? ¿En qué te fijas antes de entrar al agua? ¿Qué te amedrentaría más: ¿un tiburón, un agua viva o una corriente de resaca?
Definitivamente los tiburones y las aguas vivas son peligrosos, inspiran respeto y hay que evitarlos, pero la causa principal de muertes en las playas debido a ahogamientos son las corrientes de resaca.
Durante la época de invierno frecuentemente escuchamos o leemos de personas ahogadas en nuestras playas debido a altas marejadas. Cuando pasan ciclones tropicales, cercanos o aún lejanos en el Atlántico, también se pueden generar altas y peligrosas marejadas. Es precisamente cuando hay fuertes eventos de marejadas que las corrientes de resaca se generan en aquellas playas que se encuentran frente a mar abierto, y son muy peligrosas. Muchas veces, las personas no se informan para saber si en las playas que visitan hay corrientes de resaca, dónde es el sitio más seguro de nadar y a qué horas. Estas corrientes no siempre ocurren en el mismo lugar, con la misma fuerza o al mismo tiempo.
¿Qué es una corriente de resaca?
Una corriente de resaca es una corriente superficial (o sub-superficial) de agua que se aleja de la orilla y se dirige hacia mar adentro. Es como un canal o río de agua que se mueve de forma rápida (¡hasta 8 pies por segundo!). No es una corriente que te hunde, sino que te hala mar adentro.
¿Cómo se forma?
Las corrientes de resaca se generan por un rompimiento irregular de la ola a lo largo de su cresta. El agua que se acumula en la costa usualmente busca regresar al mar por el camino de menor resistencia, creándose un canal de poca resistencia que devuelve el agua mar adentro, y es este canal lo que conocemos como la corriente de resaca. Las corrientes de resaca tienen a ser más fuertes cuando hay marejadas fuertes. Estas corrientes algunas veces son visibles, y otras veces invisibles, dependiendo de la intensidad de la corriente y del tipo de sedimento que se encuentre en la playa. Cuando hay sedimentos finos, y por lo tanto fáciles de suspenderse en el agua, estas corrientes se pueden apreciar a simple vista. Se puede ver como una mancha de sedimentos sobre la superficie del agua, con tonos cafés, que penetran mar adentro. Cuando los sedimentos en la playa son gruesos, es más difícil de identificarlas, y solo algunas veces se perciben a través de diferencias en color del agua (un espacio claro entre espuma) o por la misma espuma de las olas que parece retroceder mar adentro.
Tanto las grandes marejadas como las corrientes de resaca se manifiestan de manera intermitente. Es necesario que cuando llegues a la playa con tus amigos o con tu familia dediques de 15 a 20 minutos a observar las condiciones en la orilla del mar. Es posible que llegues a la playa y todo se vea en calma, pero unos minutos más tarde llegan grandes olas y se forman las corrientes de resaca. Por eso, resulta muy importante observar detenidamente antes de entrar al agua.
¿Qué hacer?
- No entres en pánico.
- Si te encuentras en problemas en el agua, levanta una mano y mantente a flote, hasta que llegue ayuda.
- Al nadar no lo hagas en contra de la corriente. Espera que la corriente de resaca te “suelte” y entonces nada perpendicular a la playa por 20-40 metros (unos 100 pies), hacia donde las olas estén rompiendo. Las mismas olas te llevarán de regreso a la playa.
Reglas de seguridad a seguir:
Nadar en una piscina no es lo mismo que nadar en el mar. Las corrientes de resaca pueden extenuar al más fuerte de los nadadores.
Evita ir a las playas que estén bajo Advertencia de Resaca Fuerte.
- Al planificar tu día de playa, ve a la página de Internet del Servicio Nacional de Meteorología y verifica si hay Advertencia de Resaca Fuerte vigente o si se advierte la posibilidad de resacas en los boletines o pronósticos marítimos.
- Revisa el nivel de riesgo para la playa que tienes interés visitar.
- Nada en áreas seguras, preferiblemente donde haya presencia de salvavidas.
- Evita nadar grandes distancias sin supervisión.
- No nades después de comer o bajo la influencia del alcohol.
- Mantente pendiente de los cambios físicos que usualmente experimenta el mar.
- Sal del mar cuando sientas que una corriente está ligeramente halándote.
¡Observe las condiciones en la orilla del mar durante 15-20 minutos antes de entrar al agua!
Mantén a todo tu grupo a la vista en todo momento.
No hay porqué tenerle miedo al mar,
pues si lo respetamos y cumplimos con reglas de seguridad,
siempre lo vamos a poder disfrutar.