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¿Funcionan los trucos más populares para no dar positivo en un control de alcoholemia?

Algunos conductores creen que masticar granos de café, beber agua o hacer ejercicio ayudan a reducir el nivel de alcohol, pero solo hay una única forma de que el dispositivo de control marque 0,0

Estamos en diciembre y las tradicionales comidas y cenas de Navidad tomarán protagonismo en las próximas semanas. Reuniones familiares, con amigos o compañeros de trabajo son un momento propicio para hacer balance del año y desear los mejores propósitos para el siguiente. Estas celebraciones suelen estar regadas con bebidas alcohólicas, por lo que las autoridades de tráfico recomiendan no coger el coche si se ha bebido y hacer uso del transporte público.

Alrededor de las pruebas de alcoholemia aún existen hoy muchos mitos acerca de los métodos para no dar positivo. Prueba de ello es que un 10% de los conductores encuestados por Línea Directa aseguran en un estudio realizado por la aseguradora que han puesto en práctica algunos de esos trucos, como chupar granos de café, masticar hierba, beber agua, hacer flexiones o esperar una o dos horas antes de ponerse al volante. Evidentemente, ninguno de estos métodos es efectivo, como advierte la Dirección General de Tráfico (DGT) en sus publicaciones, donde recuerda su famoso eslogan “si bebes, no conduzcas” como único truco para no dar positivo.

Masticar hierba, granos de café, chicles o caramelos suelen ser acciones que los conductores llevan a cabo para tratar de engañar al alcoholímetro. Se trata de soluciones al alcance de todos porque son productos fáciles de conseguir, aunque el resultado nunca va a ser el que se espera. Estas sustancias solo absorben cantidades mínimas de alcohol en la boca, pero de nada sirve en los controles ya que estos lo que realmente miden es el aire alveolar.

Tampoco existe una base científica que avale la presunta efectividad de medicamentos especiales que se comercializan para reducir la alcoholemia. Es más, estos productos pueden ser contraproducentes, ya que pueden incrementar los efectos del alcohol en el organismo y dar niveles más elevados al realizar la prueba.

Como recuerda el Real Automóvil Club de Catalunya (RAAC) en su blog, “el alcohol es una droga bisáfica (estimulante en una primera fase y depresora en una segunda fase) que se metaboliza principalmente por el hígado (90%). El resto (10%) se elimina a través de la orina, la sudoración y la respiración. Por lo tanto, los métodos expuestos para no dar positivo no son útiles si tenemos en cuenta que es el hígado el órgano encargado de asimilar el alcohol”.

Este es el motivo que explica por qué tampoco el ejercicio físico es efectivo para bajar el nivel de alcoholemia. Si bien es cierto que al realizar ejercicio la sangre circula más rápido por el cuerpo y se acelera la eliminación del alcohol a través de la sudoración, este proceso se da muy lentamente y es casi inapreciable. Aunque el esfuerzo sea extremo, es muy probable que al realizar el control el resultado siga siendo positivo.

El alcohol se metaboliza principalmente por el hígado, así que ningún método resulta efectivo para enmascarar un positivo

Una prueba de la ineficacia del ejercicio físico como antídoto para bajar la alcoholemia nos llega de la mano de la Policía Local de Sevilla. En una publicación en su cuenta de Twitter, el cuerpo policial relata cómo un conductor intentó poner en práctica uno de esos falsos mitos para bajar el nivel que reflejaba el alcoholímetro. Según ha informado en sus redes sociales, el conductor, tras dar positivo, afirmó inicialmente que había bebido poco alcohol, pero mucha agua, lo que podría -según dijo- haber influido en subir el nivel de alcoholemia que tenía en ese momento.

Para rebajar el nivel de alcohol pidió a los policías que le permitiesen dar unos saltos de capoeira -un arte marcial brasileño mitad lucha y mitad danza- antes de someterse a un nuevo control. El conductor comenzó a bailar y hacer acrobacias en la acera ante la indiferencia de los agentes que siguieron haciendo su trabajo, pero no consiguió su objetivo. Dio positivo en el segundo test y fue denunciado conforme marca la ley.

El cuerpo policial recuerda en su publicación en Twitter que es falso que la ingesta de agua provoque que se duplique la tasa de alcoholemia y que esta tampoco va a bajar con “saltos de capoeira”. “Si vas a conducir, cero alcoholes, cero drogas”, insiste la Policía Local de Sevilla en su post recordando el único método que acredita que el alcoholímetro arroje un resultado negativo.

Recordemos que las tasas máximas de alcohol permitidas para conducir son 0,5 gr/l de alcohol en sangre o 0,25 mg/l en aire espirado para los automovilistas en general y de 0,3 gr/l de alcohol en sangre o 0,15 mg/l en aire espirado para los conductores profesionales y noveles. Las sanciones por dar positivo en un control de alcoholemia van desde los 500 euros de multa y la pérdida de 4 puntos del permiso de conducir (entre 0,25 y 0,50 mg/l en aire espirado) hasta los 1.000 euros y seis puntos en los casos más graves, por encima de los 0,50 mg/l en aire espirado.