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Día de la Bandera en Chile: ¿desde cuándo y por qué se celebra el 9 de julio?

La fecha fue elegida en conmemoración de héroes durante la Guerra del Pacífico

En Chile, desde 1974 se celebra el Día Oficial de la Bandera Nacional cada 9 de julio, tras la promulgación del Decreto Supremo del 1 de julio de aquel año. Por ello, las Fuerzas Armadas acostumbran a efectuar la ceremonia de Juramento a la Bandera; sin embargo, pocos conocen su origen y el porqué de la elección de aquella fecha.

La fecha fue escogida para conmemorar a los 77 soldados que fallecieron en 1882 en la batalla de La Concepción, la cual tuvo lugar durante la Guerra del Pacífico con Perú entre 1879 y 1884 en el que esa nación y Bolivia cedieron territorio de manera definitiva a la nación sureña, además de otros recursos naturales.

En aquella batalla, se dio el hecho más destacado y heroico de la denominada “Campaña de la Sierra” en el que guerrillas y montoneras en la cordillera peruana tuvieron el último de sus esfuerzos por resistir el embate de la armada chilena que dejó el mencionado saldo en sus filas y dio paso al triunfo para sus intereses.

“La estrella solitaria”

 Sobre la historia del pabellón nacional de Chile, se sabe que su uso oficial fue adaptado el 18 de octubre de 1817. Dividida en dos franjas -la superior azul y blanca, y la inferior roja-, llevan una estrella de cinco puntas de color blanco en el espacio azul.

Las interpretaciones más comunes del uso de los colores de la bandera atribuirían al azul la representación del cielo, al blanco las cumbres nevadas de la cordillera de los Andes, y al rojo la sangre vertida por los héroes nacionales en la guerra por la independencia. ​ A su vez, la estrella simbolizaría los tres poderes del Estado chileno (EjecutivoLegislativo y Judicial) que velan por la integridad de la nación, y su unicidad sería una referencia al Estado unitario.

Su uso se remonta al año en mención, debido a su parecido con una bandera sorprendentemente similar a la que empleaban los indígenas mapuches en la región del país sureño, así como lo describe el poema épico ‘La Araucana’, que escribiera el poeta y soldado Alonso de Ercilla en el siglo XVI.

Nuestra bandera nacional a través de la historia

Tres son las banderas que ha tenido Chile para representar su espíritu patrio. Como disposición excepcional en el año del Bicentenario, el Gobierno permite que los chilenos podamos izar el pabellón durante todo el mes de septiembre.

Nuestra bandera nacional izada al viento, es por estos días una de las imágenes más representativas no sólo de nuestra celebración por los 200 años de nuestra patria, sino también de todo el espíritu nacional que se levanta en situaciones tan especiales como la superación de la catástrofe del 27/F, la participación de “la Roja” en el Mundial, y la fuerza de los Mineros atrapados en la Mina San José.

Pero esta bandera no ha sido la única en nuestra historia. Chile ha tenido hasta la fecha tres banderas, desde el inicio de su proceso de independencia, según detalló el historiador y académico de nuestra Universidad, Dr. Andrés Medina.

La primera fue la llamada “Bandera de la Patria Vieja” de 1812, que no tuvo legalización oficial, y constaba de tres colores: azul, blanco y amarillo, dispuestos en franjas horizontales. Algunos documentan su primera presentación el 4 de julio de 1812, y se dice que fue bordada por Javiera Carrera, hermana del gobernante de ese entonces.

Después del triunfo de Chacabuco (febrero de 1817), se inició el periodo de la “Patria Nueva” y con él se adoptaría una nueva “Bandera de Transición” el 26 de mayo de ese año. Su diseño se atribuye a Juan Gregorio Las Heras y estaba formado por tres líneas horizontales con los colores azul, blanco y rojo. Estos colores se basarían en  los textos de Alonso de Ercilla referentes a las indumentarias militares de las tropas mapuches, y en cuanto a los que cada uno representa, se atribuye al rojo el símbolo de la sangre vertida por nuestros héroes en el campo de batalla; el blanco, la nieve de la cordillera de los Andes, y el azul, el limpio cielo chileno.

Habría sido el ministro José Ignacio Zenteno quien ideó la Bandera actual, y el diseño sería del español Antonio Arcos. No obstante, otros historiadores sostienen que fue dibujada por Gregorio de Andía y Varela. Fue legalizada bajo decreto ley del 18 de octubre de 1817, en el gobierno de Bernardo O’Higgins, documento del que se conocen referencias indirectas, pues el original está desaparecido. Se usó públicamente, por primera vez, el 12 de febrero de 1818.

Los colores azul, blanco y rojo de este pabellón están dispuestos de la siguiente forma: el azul forma un cuadrado cuyas dimensiones son un tercio del largo de la franja roja, o la mitad de la franja blanca, y en el centro lleva una estrella de cinco puntas cuyo diámetro es igual a la mitad del cuadro azul. La estrella solitaria representa los poderes del Estado que velan por la integridad de la patria.

Hoy en día, bajo decreto, debe ser izada correctamente en Fiestas Patrias y el 21 de mayo. Sin embargo, “se consideró que el Bicentenario ameritaba autorizar a todas las personas e instituciones públicas a izar el pabellón durante el mes de septiembre”, señaló el Dr. Medina, agregando que esto es no es algo que “puede sino que debe” hacer un ciudadano chileno.

¿Cuál es el significado del lema de nuestro escudo nacional?

Con el propósito de dar identidad al nuevo proyecto político, durante la Patria Vieja, José Miguel Carrera, propuso en 1812 el primer escudo nacional. «Arriba decía Post Tenebras Lux, que hacía referencia a que las luces de la ilustración llegaron con la libertad, dejando atrás la oscuridad del tiempo colonial, y abajo una insignia romana, que decía Aut Consilio Aut Ense, es decir, por el Consejo o por la Espada», relata Armando Cartes, doctor en Historia y miembro de la Academia Chilena de Historia.

Aunque en esta referencia no aparece el lema tal como se conoce actualmente, la segunda parte del escudo plantea una idea similar. «Siempre lo que está detrás es el predominio del derecho y la razón y, si es necesario, haciendo uso de la fuerza legítima del Estado», explica Cartes.

Posteriormente, con la declaración de independencia y la victoria en Maipú, «el Senado conservador, por acuerdo del 23 de septiembre de 1819, refrendado por el Director Supremo (Bernardo O’Higgins), fijó el nuevo emblema. Este conservó la columna y la estrella, pero suprimió los lemas latinos, la palma y la lanza cruzadas y las dos figuras indígenas», dice la investigación realizada por Cartes.

Otro de los cambios que tuvo el escudo nacional se realizó en 1834 en el gobierno de José Joaquín Prieto. Ese año, el Congreso aceptó la propuesta diseñada por el artista inglés Charles Wood Taylor. La promulgación del proyecto estableció que «el escudo de armas de la República de Chile presentará en campo cortado de azul y de gules una estrella de plata; tendrá por timbre un plumaje tricolor de azul, blanco y encarnado; y por soportes un Huemul a la derecha, y un Cóndor a la izquierda, coronado cada uno de estos animales con una corona naval de oro.»

Antes de aparecer en el emblema nacional, el lema se utilizó en la acuñación de algunas monedas durante el siglo XIX, «lo que fue muy influenciado por el proceso de independencia, la lucha contra España y el objetivo de establecer una República independiente», añade Luis Martínez, coordinador del Archivo Nacional de Chile.

Se desconoce en qué fecha se insertó esta frase en el Escudo, pero su fijación oficial fue más bien tardía, debido a que quedó establecido en el decreto del Ministerio de Guerra del 8 de septiembre de 1920.

Pese a esto, una investigación realizada por Manuel Vergara, abogado de la Universidad de Valparaíso y autor de un artículo sobre los emblemas nacionales, afirma que «su uso ya era previo como consta en los considerandos del Decreto Supremo N°52, publicado en el Diario Oficial de 22 de marzo de 1912, que trata sobre el uso de la bandera nacional. En efecto, en esta norma se habla que ‘es necesario evitar ciertas variedades que se han introducido en las figuras del Escudo, como son (…) la supresión indebida del lema «Por la razón o la Fuerza'».

Al lema «Por la razón o la fuerza» se le han atribuido varios significados a lo largo de la historia. Por ejemplo, Cartes señala que durante los años 90, cuando se discutió la posibilidad de eliminarlo, se entendió como el deseo de imponer la voluntad sea por la razón o por la violencia. «Esa es la interpretación equivocada. Ese lema viene de la tradición greco-romana que nuestros próceres asumieron cuando Chile se declaró independiente y se ha mantenido hasta el presente. Por lo tanto, debe considerarse una tradición republicana de Chile, hoy día formalizada a través del reconocimiento legal», afirma el miembro de la Academia Chilena de Historia.

Para Vergara, el lema se ha entendido desde dos perspectivas. En el ámbito internacional, da cuenta que Chile es un país que trata de resolver sus problemas por vías pacíficas y, si las circunstancias lo exigen, puede usar la fuerza para defender sus intereses, aunque siempre priorizando el diálogo y el compromiso. La otra tiene un «sentido más amenazador», en la línea de que se comprende como el uso de la violencia cuando la vía pacífica no obtiene resultado.

«No es la imposición de una razón de un grupo, de un sector, de una clase frente a otra y que frente a cualquier viso de querer cambiar esos privilegios, se use la violencia. Creo que esa interpretación la verdad es que es bastante estrecha de lo que quiere decir el lema», añade Martínez.

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