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El suicidio se puede prevenir, a un paso de ayudar

6.292 suicidios se registraron en adolescentes y jóvenes entre 2000 y 2017, según cifras de un reciente estudio publicado en Scielo. Hombres jóvenes, entre 20 y 24 años, son quienes más se quitan la vida por diferentes razones y factores que, apuntan, sin difíciles de explicar.

La psicóloga Magdalena López, especialista en duelos del Parque del Recuerdo, explica que quienes sufren la pérdida de familiares en este contexto, “sienten que sus vidas no fueron suficientes” y aparecen sentimientos de culpa, además. Señala, no obstante, que quien lo comete “no quiere morir, sino que no ve ninguna otra alternativa y necesita un tercero para apoyarlo“.

Su consejo, fuerte y claro, es que “la única forma de prevenir el suicidio es hablar del suicidio“. No esconderlo. “Antes se creía que al hablar con una persona que está con ideas suicidas sobre el tema, se induciría a hacerlo. Pero es todo lo contrario (…) porque ayuda a entender y verlo desde otra perspectiva, a entender que puede ser transitorio”, detalla.

“¿Qué te está pasando?”, “¿cómo estás?”, “¿en qué te puedo ayudar”, “quiero estar junto a ti”, “veamos qué podemos hacer”, “no sé en este momento cómo ayudarte, pero me importa lo que te está pasando y juntos vamos a buscar ayuda”, son preguntas y frases que la especialista recomienda realizar, siempre sin juzgar ni retar ni contradecir. “Es increíble que estamos acostumbrados a hacer justamente lo contrario”, se lamenta.

Dichos como “me voy a suicidar”, “desearía estar muerto” o “desearía no haber nacido” y actitudes como el aislamiento, profundos cambios de humor, aumento de consumo de drogas y despedidas como si fuera la última vez, son algunas de las señales de alerta a las que se debería estar atento, según la Clínica Mayo.

La institución apunta a solicitar ayuda profesional con tratamientos adecuados, crear redes de apoyo y recordar que las ideas suicidas son sólo temporales.

MITO Nº1: “Sólo los profesionales capacitados pueden acercarse a una persona en riesgo suicida”

Toda persona que esté dispuesta a ayudar y que pueda realizar una escucha activa y sin juzgar puede ayudar a la persona en riesgo suicida a calmarse y encontrar alternativas de solución.

Lara reafirma que prevenir es una tarea de todos.

MITO Nº2: “Las personas que intentan suicidarse desean morir”

La mayoría de las personas que intentan suicidarse se encuentran ambivalentes respecto a su decisión dado que no logran ver cambios en su condición.

Si logramos detectar, acompañar y generar pequeños cambios, éstos pueden ayudar a encontrarle un nuevo sentido a la misma.

MITO Nº3: “Las personas que dicen que se van a suicidar sólo lo hacen para llamar la atención”

No lo hacen con esa intención, realmente son personas a las cuales les han fracasado todas las soluciones intentadas y no encuentran otra alternativa, excepto el atentar contra su vida.

MITO Nº4: “El suicidio siempre es impulsivo y ocurre sin advertencia”

A pesar que el suicidio puede parecer impulsivo, la mayoría de las personas dan algún tipo de señal verbal o conductual acerca de sus intenciones de hacerse daño, incluso comunican sus pensamientos suicidas por lo menos a una persona.

MITO Nº5: “No podemos hablar de suicidio con una persona que está en riesgo suicida”

Hablar de suicidio con una persona que está en riesgo, en vez de incitar su actuar, reduce el riesgo de cometerlo, ya que posibilita comprender las emociones y problemáticas que puede estar llevando a esa persona a pensar en esta opción.

Puede ser una gran posibilidad para ofrecer ayuda, dice la experta.

MITO Nº6: “Todo el que se suicida tiene un trastorno mental”

Si bien es cierto que las personas que presentan un trastorno de salud mental se suicidan con mayor frecuencia que la población general, no necesariamente hay que padecer un trastorno de salud mental para hacerlo.

Toda persona que comete un intento de suicidio manifiesta su sufrimiento, pero no necesariamente ese sufrimiento se asocia a un trastorno de salud mental.

MITO Nº7: “Las personas mayores no se suicidan”

Las personas mayores presentan una de las tasas de suicidio más elevadas, sin embargo, esto también pueden ocurrir en otras edades del curso de vida. Dirigirlo sólo a un grupo etario determinado limita el comprender que es una problemática que puede ocurrir a cualquier edad.

MITO Nº8: “Los niños y niñas no piensan en suicidio”

Este mito intenta negar la realidad del suicidio infantil. Después que un niño adquiere el concepto de muerte, supone la finalización de la vida sin posibilidad de volver a la vida (de acuerdo a su desarrollo cognitivo) puede pensar en la idea de suicidarse.

Los padres o cuidadores son quienes deben supervisar, cuidar de ellos y pedir ayuda para su orientación e intervención.

MITO Nº9: “Los medios de comunicación y redes sociales no contribuyen a la prevención del suicidio”

Los medios de comunicación pueden convertirse en un valioso aliado en la prevención del suicidio, si enfocan correctamente la noticia sobre el tema y cumplen las sugerencias por los profesionales sobre como difundirlas.

En adolescentes y jóvenes son un medio para comunicar su sufrimiento.

MITO Nº10: “Las mujeres se suicidan más que los hombres”

La muerte por suicidio es 3 a 4 veces mayor para los hombres que para las mujeres. Las diferencias de género en esta temática se evidencian en que, si bien las mujeres realizan más intentos suicidas, los hombres son los que utilizan métodos violentos que son más letales para realizarlo.

 SUICIDIO

Si necesitas ayuda psicológica especializada o conoces a alguien que la requiera, el Ministerio de Salud tiene un teléfono de ayuda atendida por profesionales todos los días del año y las 24 horas, en el 600 360 7777. También puedes recibir asistencia ingresando a este enlace.

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